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Juana Francisca Rubio

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“No era muy normal que una mujer trabajara como cartelista. De hecho, era la única, aunque lo que sí que había eran bordadoras dedicadas a hacer banderas.”

Juana Francisca Rubio (1911-2008) conocida como Paquita, ha sido una de las grandes ilustradoras españolas, aunque debido a su exilio por cuestiones políticas trabajo gran parte de su vida fuera de España. Descubrió que le gustaba ilustrar de pequeña, gran admiradora de los carteles de Federico Ribas para los productos de Gal. También sentía admiración por Rafael Penagos y Méndez Bringa, estos, cartelistas sobre la Primera Guerra Mundial, aunque Juana Francisca prefería pensar en cosas bonitas alejadas de la guerra. Pocos años después, sería ella la encargada de ilustrar una parte muy importante de los carteles que se pegaron por las calles durante la Guerra Civil. En un taller llamado La Gallofa, pertenecía a las Juventudes Socialistas Unificadas (la agrupación que surge de la unión de las juventudes socialistas y comunistas) y al frente de él se encontraba el marido de Paquita, el también ilustrador José Bardasano.

No era muy normal que una mujer trabajara como cartelista. De hecho, en La Gallofa era la única, aunque lo que sí que había eran bordadoras dedicadas a hacer banderas. Porque en La Gallofa había todo tipo de artistas. ‘Estaban los mejores artistas, dirigidos por Bardasano. Pepe consiguió reunir pintores, escultores, dibujantes, cinceladores, grabadores’. Al comenzar la guerra, se encontraba en Madrid, su marido se presentó en su regimiento como soldado. Pero las Juventudes Socialistas le reclamaron para que organizara la labor de propaganda. De hecho, Bardasano se convirtió en el comisario de esa área. Ninguno de ellos eran cartelistas, pero se pusieron al servicio de una causa que les parecía justa. 

La actividad en La Gallofa era frenética. Se calcula que de ese taller salió un cartel al día durante toda la guerra. Trabajando noche y día, llegaron a vivir en el taller.

La Gallofa se trasladó a Valencia junto al Gobierno de la República. Allí fue también el matrimonio Bardasano y su hija. De España marcharon a Francia y de allí a México, todos sus carteles estaban firmados, el riesgo de morir fusilada era alto. En vida Paquita siempre lamento su marcha al exilio, señalando que si lo llega a saber prefiere morir.

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