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"Mi trabajo es detener a cualquiera que pueda con una imagen cautivante o desconcertante, y tentar al espectador a leer el mensaje y, sobre todo, asistir al evento".

Nacida el 13 de abril de 1927 en Quincy, Massachusetts, y dejó su huella imborrable en el mundo del diseño corporativo a lo largo de su distinguida carrera en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Su legado perdura, habiendo fallecido el 11 de mayo de 1992 en Boston.

Casey inició su camino en el diseño gráfico al estudiar en la Escuela del Museo de Bellas Artes de Boston y pronto consolidó su carrera en una agencia de publicidad antes de unirse al MIT en 1955. Durante más de 30 años, desempeñó un papel crucial como directora de diseño gráfico en la institución, dejando una profunda influencia en la imagen visual y la identidad del MIT.

Su estilo distintivo se caracterizó por la combinación audaz de tipografía, colores vibrantes y composiciones gráficas innovadoras. Casey se destacó por su habilidad para simplificar información compleja mediante diseños gráficos claros y efectivos. Además, fue una pionera en la incorporación de tecnologías emergentes, como computadoras y fotocopiadoras, en la producción de sus diseños.

A lo largo de su carrera, Jacqueline Casey recibió numerosos premios y reconocimientos, incluido el prestigioso premio AIGA Medal en 1993, otorgado póstumamente. Su contribución al diseño gráfico en el ámbito de la educación superior dejó una marca duradera, influyendo en diseñadores de todo el mundo y estableciendo nuevos estándares de excelencia en el diseño corporativo.

Durante su mandato como directora, Casey se destacó por diseñar carteles distintivos para eventos del MIT, colaborando con figuras como Ralph Coburn y Dietmar Winkler. Sus diseños estuvieron fuertemente influenciados por el estilo tipográfico internacional emergente en Suiza, particularmente por diseñadores como Karl Gerstner, Armin Hofmann y Josef Müller-Brockmann.

Los carteles de Casey, con su llamativa tipografía y detalles informativos ingeniosos, se volvieron icónicos en su época. Su retirada en 1989 no marcó el fin de su contribución, ya que continuó como becaria visitante en el MIT Media Laboratory.

El trabajo de Casey está resguardado en colecciones permanentes de instituciones prestigiosas como la Biblioteca del Congreso, el Museo de Arte Moderno de Nueva York y el Museo Cooper-Hewitt. En reconocimiento a su impacto, el MIT organizó una exposición de su obra en 1992, repitiendo la muestra en 2012.

El legado de Jacqueline Casey trasciende el tiempo, siendo su trabajo objeto de exposiciones en museos y galerías a nivel mundial. Su enfoque innovador y su dedicación a la comunicación visual efectiva siguen sirviendo como fuente de inspiración para diseñadores gráficos contemporáneos, asegurando que su influencia continúe resonando en la disciplina.

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