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"Cada día van más mujeres a las Universidades, Facultades y sobre todo donde acaparan los mayores puestos son en las Escuelas superiores de Arte".

Francisca Bartolozzi Sánchez, también conocida como Piti/Pitti o Francis Bartolozzi, nació el 6 de septiembre de 1908 en Madrid, España, y falleció el 8 de noviembre de 2004 en Pamplona. Fue una destacada grabadora, cartelista, dibujante, pintora, escritora e ilustradora de cuentos infantiles española. Su legado artístico se vio reflejado en múltiples facetas y la convirtió en una figura destacada en el panorama cultural de su época.

Hija del historietista Salvador Bartolozzi y Angustias Sánchez, desde temprana edad, Francisca se vio rodeada de un ambiente artístico, donde los lápices y los pinceles eran sus compañeros habituales. Se destacó por su talento y creatividad, lo que le valió el apodo cariñoso de “Pitti”, que surgió de sus primeros intentos por hablar, ya que en lugar de decir “Paquita”, su madrina, pronunciaba “Pitita”. Así, su familia decidió llamarla “Pitti”.

En 1918, comenzó sus estudios de bachillerato en el Instituto Escuela, una extensión de la Institución Libre de Enseñanza, donde se formó bajo la tutela de destacados educadores y pensadores de la época. Posteriormente, en 1925, ingresó a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, donde conoció a su futuro esposo, Pedro Lozano de Sotés, también pintor, dibujante y cartelista. En esta escuela, Francisca recibió la influencia de reconocidos maestros del arte español, lo que enriqueció aún más su desarrollo artístico.

Desde sus primeros años laborales, colaboró en la ilustración de cuentos para la Editorial Calleja, y a partir de 1930, sus historietas se publicaron en la revista Crónica, en la sección Cuentos para niños, junto a otros talentosos artistas. Creó personajes entrañables como Canito y la Gata Peladilla, que se ganaron el cariño del público y contribuyeron a su reconocimiento en el ámbito de la ilustración infantil.

Su estilo artístico se caracterizó por una marcada influencia vanguardista, con una combinación de elementos surrealistas y naif, que le otorgaron un sello distintivo y una originalidad única en su obra.

En el campo de la ilustración, Pitti se destacó por la creación de personajes entrañables y evocadores que se convirtieron en iconos de la literatura infantil. Sus historietas, como las protagonizadas por Canito y la Gata Peladilla, gozaron de gran popularidad y se publicaron en revistas de la época y en el suplemento Gente Menuda del periódico ABC. Sus ilustraciones se caracterizaron por su delicadeza y la expresividad de los personajes, que transmitían emociones y situaciones de manera encantadora.

La Guerra Civil Española afectó profundamente la vida de Francisca y su familia. Durante el conflicto, colaboraron en el periódico Altavoz del frente y, posteriormente, se trasladaron a Valencia, donde Francisca realizó aguafuertes para el Pabellón Español de la Exposición Universal de París de 1937.

Después de la guerra, en 1939, se estableció en Pamplona junto a su esposo Pedro, donde nacieron sus cuatro hijos. Durante la década de los 40, la pareja trabajó en colaboración en varias obras, y aunque en ocasiones Francisca permaneció en un segundo plano, su talento siempre dejaba su huella.

A lo largo de su vida, Francisca realizó exposiciones y publicó sus obras en revistas y periódicos. Además, no solo se dedicó a la ilustración y la pintura, sino que también incursionó en la escritura, creando cuentos, artículos de opinión y obras de teatro.

Su legado artístico ha sido reconocido por muchos expertos, quienes la consideran una de las primeras referencias femeninas del arte navarro del siglo XX. Su formación y su influencia de artistas vanguardistas como Picasso, Miró, Chagall y Tàpies, la convierten en una figura trascendental dentro de la escena artística española de su tiempo.

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